Aunque parezca mentira, el tiempo se nos escapa entre los dedos y al menos yo, no soy consciente de que ya hemos agotado la mitad del tiempo que nos han dado para disfrutar de Malta.
La mayoría estamos contentos en nuestro puesto de trabajo, lo que aligera la carga de la rutina, pero también el hecho de poder disfrutar los fines de semana y explorar nuevos sitios hace que sean cuatro semanas bonitas para recordar.
Creo que justo cuando nos vamos acostumbrando a esta isla, es cuando vamos asimilando que en algún momento hay que dejarla.
Pero mientras dure, vamos a disfrutar lo que queda.
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