Esta semana ha sido la más monótona desde que llegué a Alemania pero se me ha pasado rápido. El miércoles de esta semana cerca de las ocho de la tarde nos cambiaron de apartamento. La zona es más céntrica y el piso está mejor equipado que el anterior, además de que compartimos piso con cuatro chicos de Oporto y es más difícil organizarse.
Respecto a el trabajo, he ido todos los días menos el domingo que era mi día de descanso, aprovechamos para ir a comer un Falafel y visitar un poco el aeropuerto abandonado de Berlin-Tempelhof.
Cada día se echa más de menos la comida española y respecto a el tiempo, llueve el 60% de los días en Berlín.
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