martes, 6 de junio de 2023

ERASMUS COIMBRA

 Estos días para mi han sido un cúmulo de emociones ya que por motivos justificados he vuelto a España unos días. El día antes de volar rumbo Madrid era el último día de Queimas das Fitas y aunque al día siguiente madrugaba bastante me quede por las carpas hasta casi amanecer. Este día es el que mejor me lo he pasado en las Queimas, ya que fui con Marina a la carpa de tecno y también en la carpa grande ponían música en español durante mucho rato. El viaje de ida fue un poco caos, ya que me indicaron mal el metro al que tenía que subirme y pues acabe bastante lejos del aeropuertos. Menos mal que al final todo se solucionó y llegue de sobras a la puerta de embarque. Mis amigos y mis abuelos no sabía que volvía asi que les fui dando la sorpresa uno por uno y grabando su reacción (mi abuela incluso me dijo que si me había escapado jajaja). El domingo puede disfrutar por las calles del tubo de Zaragoza junto con una amiga de las croquetas de jamón y las patatas bravas que tanto de menos estoy echando. Después nos fuimos al Parque Grande y había puestos ambulantes de comida y flores. Al día siguiente empezaba lo duro, el primer examen. Lo único que me animaba era que después iba a comer a casa de mi abuela costillas de ternasco. El miércoles volvía a Coímbra y aunque en parte quisiera volver una pequeñita parte se quería quedar en España. Este día fue un descontrol total porque un a vez en Oporto tenía que subirme a dos trenes para llegar a Coímbra B. Lo que pasó es que cancelaron todos los trenes posibles hasta las 10.30 de la noche. Cuando yo ya estaba desesperada la chica de la taquilla me dijo que podía subirme a uno que pasaba en 5 minutos. El jueves y el viernes concurrieron como días normales de trabajo. Aunque el viernes Marina, Sheila y yo tuvimos que echarnos muy pronto a dormir ya que al día siguiente nos levantábamos a las 6 a.m. para ir a Lisboa de visita turística. Allí estuvimos todo el día y aunque fuera un palizón y además nos estafaran me pareció una ciudad llena de alboroto pero con monumentos y lugares muy bonitos. El motivo por el que nos estafaron fue que queríamos ir a la otra punta de la ciudad pero juntando el calor que hacía y que ya habíamos andado bastante buscamos un medio de transporte para ir. Al no encontrar ninguno de los transportes públicos decidimos preguntar a un conductor de unos cochecitos que llevaban a todos los turistas por la ciudad que parecen coches de golf. El señor no sabía hablar en español así que a la hora de preguntarle el precio nos dijo eight y nos pareció perfecto. Cuando acabo la ruta le fuimos a pagar y resulta que el señor aunque dijera ocho quería decir ochenta; así que gracias a la rutita en carricoche nos quedamos sin dinero en efectivo por lo que no pudimos visitar un edificio precioso llamado el Monasterio de los Jerónimos. Después de ese percance nos fuimos a descansar mirando el mar un rato( yo me quedé incluso dormida). A la noche cuando llegamos a la residencia, cenamos, nos aseamos y nos acicalamos para salir por la noche. Esa noche fue una de las mejores para mi. 

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