miércoles, 7 de junio de 2023

Undécima semana en Berlín

 Desde el martes hasta el sábado fueron días normales en los que tocó trabajar. Una de las pocas diferencias con otras semanas; fue que participamos en un concurso del Gobierno de Aragón, tuvimos que exponer nuestra idea de negocio y salimos bastante satisfechos con el resultado. Otro dato es que estos días llego a nuestro cuarto un nuevo chico proveniente de Portugal.

El domingo a las 4:45 de la mañana salí sin dormir rumbo a la capital de la República Checa, llegué a Praga entorno a las 9:40 (cerca de cinco horas de viaje). Aunque fuera duro puedo decir que termino siendo uno de los mejores días desde que salí desde España para realizar mi Erasmus. Nada más llegar a la estación de UAN Florenc, estuve dando unas vueltas por la ciudad y noté como si el tiempo se parara en ese lugar. Las calles se veían muy antiguas a la vez que alucinantes. Visite lugares como la Torre de la Pólvora, el reloj astronómico, el Klementinum y el Puente Carlos. Después decidí subir al castillo de Praga donde por sorpresa me encontré a mi compañero David que ya llevaba más de un día en la ciudad. Estuvimos hablando un poco de la experiencia y a los minutos nos separamos para ver otros lugares por nuestra cuenta. Yo termine viendo unos cuantos jardines y la iglesia de Loreto. Como ya se acercaba la hora de comer decidí ir a un mirador y comerme unos fideos que me había preparado el día anterior. Por la tarde visité junto a mi compañero lugares como la casa Danzante o la fortaleza de Vysehrad, así como pasear por el río Moldava para llegar al barrio de Malá Strana. Por la noche después de cenar, nos comimos un postré típico checo cocinado a la brasa que se llama Trdelkin.

El lunes fuimos a un free tour que reservamos el día anterior. Aprendimos muchas costumbres, historias, datos relevantes y consejos a tener en la ciudad. Al acabar se nos puso a llover y acabamos en una biblioteca que nos recomendó el guía del tour. Después fuimos a un restaurante que preparaba comida tradicional checa, estaba bastante bueno pero el susto llegó a la hora de pagar. Y es que el karma había actuado y mi tarjeta de crédito se había perdido. Al final resulto que estaba en el Lidl al que fui nada más salir del hotel. Se pegó toda la tarde lloviendo por lo que no pudimos hacer nada más que chipiarnos bajo las calles de Praga. A las 9:40 de la noche salimos rumbo a Berlín para acabar este gran viaje.






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