Estas últimas semanas hemos aprovechado para hacer nuestros mini viajes de un día.
Fuimos a Aveiro desde el punto de la mañana y la verdad es que en vez de ir a visitar cosas, dimos una vuelta y de ahí a pasar la mañana en la playa de costa nova.
Paseamos por unos pasillos que tienen por la playa hasta llegar al faro y después volvimos a ver un parque bastante bonito pero en mi opinión un poco descuidado.
La semana se hizo rara ya que tenías que empezar a dejar de comprar cosas por el hecho de que nos quedaban los días contados y no era plan de tirar nada.
Nuestro último mini viaje fue a Oporto, que aunque yo ya había estado no pude entrar en la livreria lello, así que prácticamente fui solo por visitarla.
También aprovechamos a mirar tiendas para comprar recuerdos y nos dimos el capricho de comer en un restaurante. Probamos las francesiñas que es un plato típico de ahí y la verdad es que estaban buenísimas.
Para terminar el último día fue el peor de todos, teníamos que terminar la maleta y se hacía imposible, no sabíamos cómo recoger las cosas y lo que no nos podíamos llevar en vez de tirarlo se lo dimos a gente de nuestra residencia que se quedaban un tiempo más.
Fuimos a cenar todos juntos fuera de modo despedida y esa noche no dormimos porque salimos de Coimbra a las 5 de la mañana.
Lo peor de todo fue despedirse, pero también había ganas de volver a casa. El viaje de hizo cansado pero mereció la pena.
Esta experiencia que he vivido me ha encantado, es algo que repetiría todas las veces que pueda. A sido una oportunidad preciosa que en mi opinión he podido disfrutar a lo grande, conociendo a gente nueva y un país diferente al mío y precioso.
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