Tras unas travesía de investigación por lo exteriores de la cuidad, puedo confirmar que los Ikeas son exactamente iguales aquí que en España, aunque los carteles de los productos se entienden aun menos, y como no, cada dos calles una iglesia o catedral, da igual lo tranquilo que vayas, o lo desapercibido que quieras pasar, si eres foráneo tendrás miradas de todo tipo encima, parece mentira con la cantidad de turistas y pluriculturalidad que hay aquí.
Son impresionantes las zonas verdes y bosques que hay por todos lados, estoy seguro que serán de las cosas que mas extrañare cuando llegue la hora de irme.
Tuvimos la suerte de presenciar una festividad polaca, en la que se reunieron los polacos de dentro y fuera de la cuidad para asistir
a una misa en la Puerta de la Aurora, incluso fue televisada, cuando acabo, marcharon por la ciudad con sus banderas y música
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